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PREGUNTAS CLAVES SOBRE HALLUX VALGUS

Estas respuestas no suplantan las explicaciones que forman parte de la estricta consulta médica.

Es un abultamiento en la parte interna del dedo gordo que suele estar acompañado por enrojecimiento de la piel y dolor de diferente magnitud.

El cuadro se completa con un desvío hacia afuera de la punta del dedo gordo (hallux) y muchas veces se acompaña con deformidad del segundo dedo ( en garra o martillo) y en casos más graves puede afectar los 5 dedos del pie.

Puede o no ir acompañado de dolor en el metatarso central (callos debajo del apoyo del metatarso).

Esta deformidad no puede ser atribuída a una sola causa sino a una suma de factores propios del pie y de las costumbres del vestir que exponen al dedo a una serie de presiones que actúan desviando estructuras anatómicas, primero en forma funcional, pero luego la deformidad es estructural y muchas veces progresiva lo que lleva a aumentar dicha deformidad y por eso podemos tener deformidad de hallux valgus leve, moderada y grave.

Las causas intrínsecas tienen que ver con la forma genética del pie (tipo de pie) y en esto están involucrados el antepié aducto, la fórmula digital y metatarsal, la forma de la articulación cuneometatarsiana, la laxitud ligamentaria y articular, etc.

Pero el calzado, sobre todo femenino, se lleva el mayor porcentaje de las causas extrínsecas que colaboran o directamente generan el problema.

Mucho se ha estudiado de la influencia del calzado y hay ejemplos de hermana y hermano con similares características anatómicas donde la mujer desarrolló juanete y el varón no.

Tambien fue notable el aumento de casos en Japón luego de la segunda guerra mundial, al occidentalizarse su manera de vestirse (cambio de calzados).

Y la escasa incidencia que se puede ver en poblaciones que aún deambulan sin usar calzados cerrados (descalzos o con sandalia), comparada con la cultura occidental.

El Hallux valgus es una condición frecuente que afecta potencialmente a más de la mitad de las mujeres y una cuarta parte de los hombres. Se calcula que, en todo el mundo, 5 mil millones de personas podrían estar afectadas aunque no todos experimentan síntomas que necesiten tratamiento.

Las radiografías se consideran el pilar de la evaluación de deformidades angulares tanto en la clínica como en la investigación. Por eso es necesario que sean realizadas con técnica adecuada y que la imagen sea en tamaño real para poder valorar la calidad del hueso, la deformidad, medir los ángulos del pie y algo muy importante, nos sirven de documento para, en caso de no tener que indicar una cirugía en este momento, nos permitirá comparar en un tiempo determinado si hubo un aumento de la deformidad o no y entonces, poder estudiar el comportamiento del problema (ej.: no ha progresado la deformidad, ha progresado levemente, ha progresado mucho en poco tiempo).

Actualmente hemos incorporado una evaluación de biomecánica de la marcha que estamos sumando a las radiografías para poder tener un diagnóstico dinámico, de cómo esta funcionando el pie y la marcha de los pacientes.

Es nuestra impresión que con los años será un estudio de rutina para poder prevenir posibles complicaciones devenidas de haber indicado cirugía solamente viendo radiografías que son una foto estática del pie, que representan perfectamente su anatomía pero no su funcionamiento.

En general no hay tratamientos incruentos que resuelvan el problema, sin embargo en los niños con deformidad hemos utilizado durante varios años las férulas correctoras, habiendo logrado algunas veces mejoras clínicas pero casi nunca mejoras en la deformidad que se ve en las radiografías.

De tal manera que el tratamiento habitualmente indicado es la cirugía.

¿De qué depende que nos vaya bien con la cirugía y que no vuelva la deformidad?

Hay tres elementos imprescindibles para destacar:

1) Hacer un diagnóstico correcto.

2) Planificar la operación de manera precisa

3) Ejecutar la operación (técnica quirúrgica) con los mejores elementos y la experiencia del cirujano.

Es en este punto trascendente saber que el cirujano que va a operar es Experto en Cirugía de Pie y Tobillo, puede utilizar técnicas abiertas o cerradas según su criterio y experiencia.

Para lo cual hoy en día con solo “googlear” los pacientes están a un clic de saber si su cirujano se dedica mayormente o con exclusividad a la cirugía del pie y qué técnicas utiliza en su práctica (ejemplo: cirugía percutánea o minimamente invasiva).

PREGUNTAS CLAVES SOBRE HALLUX RIGIDUS

Estas respuestas no suplantan las explicaciones que forman parte de la estricta consulta médica.

Es una artrosis primaria o secundaria de la articulación metatarsofalangica del primer rayo (hallux ó dedo gordo) del pie.

Se presenta con limitación de la movilidad articular, sobre todo en flexión dorsal (no puede elevar el dedo gordo), es doloroso y suele tener deformidad ósea (osteofitos) en la cabeza del metatarsiano y en la base de la falange.

Hay factores intrínsecos y factores extrínsecos que predisponen.

Son alteraciones en la forma ó en la biomecánica tanto sea por problemas en el pie o por enfermedades sistémicas que afectan articulaciones (gota, reuma, etc.)

El largo del primer metatarsiano, la forma de la articulación, la posición del metatarsiano respecto del piso, las lesiones del cartílago articular son elementos que pueden colaborar en el desarrollo de la enfermedad.

Las causas extrínsecas están relacionadas con los microtramatismos repetidos durante la práctica de algún deporte o bien en su trabajo.

Ese microtrauma provoca un deterioro del cartílago (fractura osteocondral) de la cabeza del primer metatarsiano o de la base de la falange.

Durante el paso, casi un instante antes de despegar el pie del suelo la articulación se somete a un aumento de presión, que generaría una degeneración del cartílago articular, sobre todo en su parte dorsal, con inflamación y generación de osteofitos reaccionales, que provocarán dolor y modificaciones en la marcha hacia la rotación externa y supinación como gestos para evitar el dolor.

El Hallux valgus es una condición frecuente que afecta potencialmente a más de la mitad de las mujeres y una cuarta parte de los hombres. Se calcula que, en todo el mundo, 5 mil millones de personas podrían estar afectadas aunque no todos experimentan síntomas que necesiten tratamiento.

Los pacientes se presentan con dolor, sobre todo en la parte final del paso, aumento de tamaño de la articulación, primero en el dorso y luego en el borde interno del pie a la altura del bunion (juanete) y luego una pérdida de movilidad articular. El paciente suele compensar la marcha y cambia de calzados. Las mujeres evitan tacos altos.

En la evaluación clínica hay un aumento del tamaño articular, sobre todo en dorso (juanete dorsal) y se puede palpar el osteofito (sobrehueso) de la cabeza del primer metatarsiano, hay una reducción de la movilidad y dolor en la flexión dorsal por el choque del osteofito con la base de la falange proximal y en flexión plantar por tracción de la cápsula dorsal. Se puede sentir crepitación (cric, cric) al mover la articulación en forma pasiva.

Por el cambio en la biomecánica de la marcha hay hiperextensión compensatoria en la articulación interfalángica del dedo gordo (la punta del dedo se ve levantada) y un callo en la base de la falange distal y otro callo en la cabeza del quinto metatarsiano.

Su incidencia es alrededor del 2% en la población entre 30 y 60 años, con claro predominio en el sexo masculino.

Si bien no parece demasiado frecuente, las fallas en diferentes tratamientos y el desarrollo evolutivo (hacia la artrosis o deterioro articular) lo hacen de una gran importancia entre los problemas a resolver en el pie.

Para un diagnóstico correcto es necesario además de la evaluación clínica de los pacientes una.

Es suficiente con unas buenas radiografías en posición de frente y perfil parado con carga y una imagen oblícua. Eso nos va a dar una buena idea del estadío en que se encuentra el problema.

En caso de sospechar lesiones del cartílago o la presencia de quistes intraóseos o de la calidad ósea agregamos una RMN y/ó una TAC.

En los últimos años, gracias a la tecnología de última generación para el estudio de la marcha (Tekscan) hemos podido detectar cambios en la biomecánica del paciente que si bien aún no están acompañados por cambios radiográficos, el comportamiento de la marcha nos puede indicar con cierta anticipación si el paciente va camino al desarrollo de un hallux rigidus.

En un futuro no muy lejano podremos evaluar el comportamiento funcional del flexor largo del hallux (tendón importante en el desarrollo del problema) y actuar sobre la fisiopatología del hallux rígidus.

Como el hallux rigidus tiene una forma evolutiva y progresiva de destrucci+on articular y de alteración de la biomecánica de la marcha, corresponde analizar el estadio de la enfermedad a fin de decidir la conducta terapéutica acorde a ese estadío. Dado que las primeras etapas tienen menor compromiso del cartílago y de la función de la articulación metatarsofalángica pero a medida que progresa, el deterioro del cartílago es muy grande, la limitación de la movilidad también y el dolor hace que dicha articulación prácticamente no funcione, lo que llega a una marcha girando el pie hacia afuera (rotación externa) y apoyando el borde externo del pie (4to y 5to metatarsianos, marcha en supinación).

Por tal motivo el tratamiento puede ir desde una simple sinovectomía articular, incluso posible por via artroscópica, luego remodelación de tejido óseo (cabeza del metatarsiano y base de la falange), osteotomías de acortamiento, descompresión y modificación de eje de carga, tanto en primer metatarsiano como en falange proximal.

La artroplastia, o reconstrucción de la articulación es un procedimiento que intenta devolverle a la articulación la función que perdió, esto se puede conseguir a través de resecciones óseas con interposición de tejidos propios del paciente (partes blandas) o bien con una prótesis articular.

Muchas veces esta enfermedad tiene una evolución hacia mayor deterioro articular y puede ser necesario, por dolor y limitación funcional recurrir a la fijación de la articulación

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